Objetos litúrgicos



Los vasos sagrados: 
el cáliz, la patena, la píxide, la custodia y las crismeras

El Cáliz
El Cáliz es un vaso sagrado, el más importante de los objetos litúrgicos; es la copa que, a semejanza de la que Jesús usó en la Última Cena, se usará para realizar el milagro de la conversión del vino en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Por su gran dignidad, es de metal noble: oro, plata, latón, etc., siempre con la copa dorada en su interior. Es, por su belleza, expresión de la majestad del sacrificio eucarístico.
La pobreza artificial de un cáliz -de madera o de barro, por ejemplo- expresaría falta de amor a la Eucaristía: los que se aman procuran darse objetos de valor en la medida de sus posibilidades.
Mientras el Cáliz está en la credencia, se suele cubrir con un paño llamado“cubrecáliz”.

La Patena
La Patena es un vaso sagrado, que acompaña al Cáliz. Ordinariamente tiene la forma de un plato en el que se coloca la hostia grande que el sacerdote consagrará durante la Misa.

Existen también patenas más grandes y hondas que -junto con la hostia grande- pueden contener muchas hostias pequeñas.
Las hostias, tanto la que usará el sacerdote como las más pequeñas, se hacen de harina de trigo, blanca y limpia, sin levadura. A este tipo de pan se le llama “ázimo”.

La Custodia u Ostensorio


La Custodia u Ostensorio se utiliza para mostrar la Hostia consagrada en los momentos de adoración (Exposición del Santísimo) y durante las procesiones eucarísticas.
Puede tener diversas formas, siempre con una media luna dorada o un viril, donde se deposita la Hostia Consagrada.
Es un trono de gloria para Nuestro Señor: por eso se procura que sea digno y hermoso.
Finalidad: prolongar el momento de la exposición en las elevaciones, presentando a Nuestro Señor para que el Pueblo le adore.

Los vasos para los Santos Óleos o crismeras

Las crismeras son los vasos para los Santos Óleos


El Evangeliario y objetos litúrgicos para el ornato del altar: el Mantel, la Cruz, los candeleros y velas, las flores, el atril de altar

El Evangeliario
¿Qué es?
El libro de los Evangelios o Evangeliario es el elemento principal de la Liturgia de la Palabra.
Después del cáliz y la patena, figura en primer lugar entre los objetos litúrgicos.
¿Qué significa?
Es un signo visible de Jesucristo, Palabra de Dios. Por eso se suele encuadernar con metales preciosos de valor artístico.
 

El Mantel
Mantel

Frontal
Mantel de altar
Cubriendo el altar, que es mesa festiva donde Jesús se nos ofrece como alimento, se coloca el Mantel.
En la tradición occidental el mantel del altar es de color blanco y largo, llegando incluso hasta el suelo. Puede estar adornado con bordados que realcen la dignidad del altar.
Está prescrito cubrir el altar al menos con un mantel "por reverencia a la celebración del memorial del Señor y al banquete en el que se distribuye el Cuerpo y la Sangre del Señor". OGMR, 268.
No se deja el mantel sin altar, ya que el altar desnudo es un signo distintivo del Viernes Santo. Por eso suele cubrirse con un cubremantel, para mantenerlo limpio en todo momento.

Frontal de altar
El mantel es distinto del frontal de color, con telas de buena calidad, que puede ponerse para realzar la dignidad del altar y no es obligatorio.

La Cruz
El primer testimonio de la cruz sobre el altar es del griego Narsai (450). Puede ser una cruz de estilos muy variados, dentro de la dignidad del culto. Si está sobre el altar, no debe ocultar al celebrante. No es algo para la devoción personal del celebrante, sino un signo que anuncia delante de la asamblea litúrgica que la misma es el mismo sacrificio del Calvario.
Está establecido que "sobre el altar o junto a él se coloque una cruz que sea bien visible para la comunidad reunida". Puede estar sobre el altar, junto a él, justo detrás, o suspendida sobre el mismo. En ese último caso no debe ser muy grande
Se pone la cruz -y no una figura de Cristo resucitado, por ejemplo- porque la cruz recuerda el sentido sacrificial de la Eucaristía, que es la renovación incruenta del sacrificio de la Cruz.


Los candeleros y velas
Los Candeleros sirven para poner las velas -de cera blanca o de color crema- que siempre deben encenderse para la Misa. Para distinguir los días y las celebraciones se varía el número de velas. Hay varios modos para ponerlas sobre el altar o cerca del mismo.
En algunos sitios se utilizan dos para los días feriales, cuatro para las fiestas y seis para los domingos y fiestas importantes.
La luz es un signo de Cristo resucitado y un antiguo signo de fiesta, de alegría y de vida; por ello, a los primeros cristianos les gustaba iluminar los altares con velas encendidas. Se pueden colocar encima del altar o a un costado del mismo. También simbolizan la presencia de los ángeles.
Está establecido que "sobre el altar, o al menos a su alrededor, se coloque un mínimo de dos candeleros, con sus velas encendidas o incluso cuatro o seis, y, si celebra el obispo de la diócesis, siete".

Las flores
Es una costumbre antiquísima adornar el altar con flores. Se habla de esto en la Tradición apostólica, san Jerónimo y san Agustín.
Se usan flores naturales, según las costumbres locales. Se ponen con poca frecuencia en Adviento, y nunca durante la Cuaresma, el día de los difuntos y en los funerales.
Las flores expresan la veneración que merece el altar y el carácter festivo de la celebración.
En las grandes solemnidades es buena costumbre adornar la iglesia con más flores, velas y lámparas, de forma que enriquezcan las celebraciones y no distraigan la atención sobre el altar y el desarrollo de la ceremonia. Por la misma razón, cuando se ponen carteles se procura que sean dignos, obras de arte -no simples posters con mensajes- que ayuden a la dignidad del culto.

El atril de altar
El Atril de altar tiene la finalidad de facilitar al sacerdote la lectura del Misal. Su uso no es obligatorio.
Antiguamente se usaba una almohadilla que ayudaba a proteger las cubiertas de plata o marfil con que estaban encuadernados los misales.
Se puede usar también un cojín digno o un atril de madera o metal. El atril se quita del altar cuando no se celebra misa, y no se coloca hasta la preparación de las ofrendas.

Libros litúrgicos: el Misal Romano, El Leccionario y el Libro de la Sede
Libros litúrgicos

El Misal Romano se coloca, a partir del ofertorio, en el altar, encima del atril y sirve para que el sacerdote pueda recitar todas las oraciones de la Misa, desde los Ritos Introductorios hasta la Bendición final.
El Leccionario es el libro que contiene la Palabra de Dios. Se coloca en el Ambón para que los lectores, el salmista y el sacerdote puedan “proclamarla” con claridad.
El Libro de la Sede facilita al sacerdote -mientras preside la oración de la Iglesia reunida para la celebración de la Misa- la lectura de algunas oraciones anteriores a la Liturgia de la Palabra y posteriores a la Comunión. Este libro es opcional.

Los lienzos: el corporal, la palia, el purificador, el cubrecáliz

El Corporal
Corporal: es el lienzo sobre el que se coloca el Cáliz y la patena durante la celebración eucarística.



La Palia
Palia: es opcional.
Se confecciona en lino o tela almidonada. Es un cuadrado de tela, duro (o almidonado), con bordados o adornos, y que cubre el cáliz mientras está sobre el altar. Usando la palia se evita que caigan en el cáliz partículas extrañas.
La arte superior se suele adornar ricamente. En la palia de la fotografia se recuerda que Jesucristo es Dios y Hombre.



El Purificador






Para secarse los labios después de comulgar y para limpiar (purificar) los vasos sagrados, el sacerdote usa un paño blanco llamado Purificador.
Es un paño de lino blanco o otro tejido absorbente, con pocos adornos, que se pliega en tres partes,



El paño cubrecáliz






El cubrecaliz se debe utilizar en la Misa. La tela y el color hacen juego habitualmente con los ornamentos, aunque puede ser siempre blanco.
Cuando se pone debajo una palia, cae con elegancia. Elliot afirma que el uso de la carpeta de corporales tiene ventajas, ya que mantiene limpio el corporal que es usado frecuentemente por los ayudantes y otros ministros.

Otros objetos: vinajeras, aguamanil, copón, bandeja para la comunión, etc.

Las vinajeras
Las Vinajeras son dos pequeñas jarritas en las que se pone el vino y el agua necesarios para la Misa. El sacerdote mezcla con el vino unas gotas de agua. Puede usarse para ello una cucharilla.
Las vinajeras son de cristal o vidrio, por razón de limpieza y para que el sacerdote pueda identificar el agua y el vino. Pueden ser de plata, bronce o estaño.
“El vino para la celebración eucarística debe ser del fruto de la vid, es decir, vino natural y puro, sin mezcla de sustancias extrañas” (OGMR, 284)


Para el lavabo: el aguamanil
El celebrante utiliza para el lavabo una jarra con agua y un aguamanil, que pueden ser de cristal, de cerámica o de metal.
Para el Lavabo se necesita: una jarrita con agua; un recipiente o aguamanil para recogerla; y un Manutergio, para que el sacerdote se seque las manos.
Deben ser vasos nobles, no simples jarras. Habitualmente son de cristal.


El Copón 
Para poder reservar (guardar) en el sagrario las hostias consagradas, se usa el Copón. Es semejante a un cáliz, pero con una tapa rematada con una cruz. El copón se suele cubrir con un velo.

Bandeja para la comunión
La Bandeja para la Comunión se sigue utilizando en muchas iglesias. Tiene por finalidad evitar que, por descuido, pueda caer alguna Forma Consagrada al suelo. Es necesaria cuando la Eucaristía se administra por intinción, para evitar que puedan caer gotas de la Preciosa Sangre.
Es una muestra de fe, delicadeza y amor con Nuestro Señor Sacramentado.


Otros objetos litúrgicos
Hay diferentes objetos litúrgicos que expresan la fe y el amor a Jesús Eucaristía.
Incensario
Naveta
Portaviático
Para las ceremonias litúrgicas solemnes se usa el Incensario. Cuelga de cuatro cadenas de un metro de longitud, para que pueda balancearse de un lado a otro durante las procesiones.


El recipiente que contiene el incienso, que se usa para el incensario, se llama Naveta.
En su interior se colocan unos carbones encendidos que, al echarles incienso producen un humo oloroso. Ese humo que se eleva simboliza nuestra oración a Dios y es signo de alabanza.


Para llevar la Comunión a los enfermos se usa la píxide, el Portaviático.
El sacerdote la coloca en una bolsa de seda con un cordón que se cuelga del cuello.


Hisopo
Acetre
Báculo
El Hisopo sirve para rociar con agua bendita durante las bendiciones, tanto de personas como de cosas.

El Acetre es el recipiente que contiene el agua bendita.


El Báculo es una insignia litúrgica propia de los obispos. Tiene su origen en el cayado o bastón que usan los pastores de ovejas para apacentar sus rebaños. Simboliza la responsabilidad y el cuidado que debe tener como “pastor” de todos los fieles que formamos el rebaño de Cristo.
 

La campanilla
Hay diversas costumbres locales para el uso de la campanilla, afirma Elliot: "si el sonido es agradable y los ayudantes ensayan para tocarla con reverencia y sensibilidad, la campanilla acentúa y realza los momentos solemnes de la acción sagrada".
En algunos lugares se tocan durante las elevaciones.

Otros objetos
Junto al Sagrario se coloca un recipiente cubierto, lleno de agua limpia, con un purificador o manutergio para el lavado de los dedos de los que distribuyen la Sagrada Comunión.
En muchos lugares se colocan dos velas cerca del Sagrario, cuando está en un lugar distinto del presbiterio, y se enciencen cuando se abre el Sagrario.