Ordenes religiosas- Franciscanos

Conjunto de órdenes religiosas, pertenecientes a la Iglesia católica, que comparten el ideario de San Francisco de Asís.

Por Paola Maurizio
¿Quiénes son los franciscanos?
Los franciscanos son un conjunto de órdenes religiosas, pertenecientes a la Iglesia católica, que comparten el ideario de San Francisco de Asís.

Las de franciscanos y dominicos, entre otras, son órdenes mendicantes que surgieron durante la Edad Media impulsadas por fieles que se oponían a la acumulación de riqueza material que ostentaba la Iglesia. Están basadas en la observación de la pobreza como regla y, en el momento de su fundación, dependían para su sustento de la caridad de los fieles.

Las distintas órdenes franciscanas surgieron a partir de la prédica del santo italiano Francisco de Asís. Este era el hijo de un rico comerciante que a partir de 1205 experimentó una conversión religiosa, asumió como propia la pobreza evangélica y, abandonando todas sus posesiones, se retiró a rezar y meditar siguiendo una tradición eremítico-penitencial frecuente en los primeros siglos de la Iglesia.

Actualmente, las congregaciones franciscanas se distribuyen por todo el mundo, debido al impulso de su tarea evangelizadora.

Órdenes franciscanas
Las órdenes franciscanas son las distintas comunidades religiosas que se inscriben bajo el espíritu franciscano y profesan la Regla de San Francisco en alguna de sus variantes. Son autónomas e independientes institucionalmente, pero están comprometidas en el mutuo apoyo espiritual.

Las órdenes franciscanas son las siguientes:

Primera orden, o de los hermanos menores, fue creada por San Francisco de Asís en 1210 y aceptada de palabra por el papa Inocencio III ese mismo año. La regla escrita por el santo fue reformulada y confirmada en 1223 por el papa Honorio III a través de la bula Solet Annuere. De esta primera orden se desprendieron con el tiempo la orden de los hermanos menores conventuales y la de los hermanos menores capuchinos.

Segunda orden. Fue creada san Francisco y santa Clara de Asís a partir de que esta última, junto a una amiga, se unió al santo en 1212. San Francisco las aceptó como seguidoras y las envió al monasterio de monjas benedictinas de San Damián, cerca de Asís. Estas mujeres, llamadas “las hermanas pobres de Santa Clara” dieron lugar a otras comunidades como las clarisas capuchinas, las clarisas descalzas, las hermanas franciscanas de la Inmaculada y las clarisas de la adoración perpetua.

Tercera orden de San Francisco o Venerable Orden Tercera (VOT), llamada Orden Franciscana Seglar desde 1978 después de la reforma de la regla realizada por Pablo VI, es la que agrupa a los miembros seglares. Estos profesan la regla de las comunidades en el mundo. Fue creada por san Francisco para acoger a los miembros de la comunidad que buscaban hacer vida penitente. En el año 1221, el papa Honorio III aprobó el Memorial del propósito de los hermanos y hermanas de penitencia que viven en sus propias casas, para regir a esta comunidad.
En la actualidad existen miembros de la tercera orden que se agrupan en monasterios.

Características
Entre las características de los franciscanos se pueden mencionar las siguientes:
  • Siguen las enseñanzas y el espíritu de san Francisco de Asís, quien basó su prédica en la promoción de la paz y la reconciliación con un espíritu de devoción y oración.
  • Otros principios son la humildad, la mansedumbre, el amor a los pobres y despreciados por la sociedad.
  • Su regla establece el amor a Dios con todo el corazón y al prójimo como a sí mismo, observar fielmente las enseñanzas del evangelio, vivir en obediencia, sin pertenencias y en castidad
  • La obediencia al papa como cabeza de la Iglesia y sucesor de san Pedro es preceptiva.
  • Entre sus misiones más importantes está la evangelización.
  • En sus inicios, dependían del apoyo económico de la gente para vivir, renunciaban a los bienes personales y confiaban únicamente en la Providencia para satisfacer sus necesidades.


Origen e historia
San Francisco nació en 1182 en una familia rica de Asís, Italia. En 1205 inició una conversión que lo llevó a renunciar a los bienes paternos y a su familia en 1206.

En 1208 descubrió su vocación evangelizadora y comenzaron a seguirlo algunos compañeros, entre ellos Bernardo de Quintaval quien se convirtió en el primer hermano franciscano. Al año siguiente, escribió una regla que fue aprobada de palabra por el papa Inocencio III. En los años siguientes, Francisco llevó su prédica a Asia Menor y Egipto.

La orden se expandió rápidamente y de dispersó por distintos países mediante misiones evangelizadoras.

Luego de la muerte de Francisco, surgieron disidencias internas que provocaron una crisis durante la mayor parte del siglo XIII y el siglo XIV que fueron superadas a partir de las reformas llevadas adelante durante el siglo XV.

Los franciscanos participaron activamente de la evangelización del continente americano a partir de la conquista española desde la llegada de los primeros grupos de conquistadores. Fueron la primera orden en establecerse en el Virreinato de Nueva España y en el del Perú.

Símbolos

Los símbolos franciscanos son los siguientes:
La Tau
última letra del alfabeto hebreo, símbolo de la reforma espiritual que necesitaba la iglesia. Tiene forma de la cruz en la que fue crucificado Cristo. Al mismo tiempo, el hábito que visten los franciscanos, desplegado, toma la forma de esta letra.

El Cristo de san Damián, un icono de Cristo crucificado de estilo románico-bizantino realizado en el siglo XII, que se ubicaba en la iglesia de San Damián de Asís donde, según la tradición, Francisco recibió el llamado de Dios.

¿Sabes qué significan los tres nudos en el hábito de San Francisco?
En comparación con las demás órdenes religiosas, los franciscanos son los que viven con mayor humildad

La vestimenta se inspiró en el plumaje de las alondras / Blanca E. Gutiérrez | El Sol de Hidalgo

La iglesia católica recordó a los feligreses el significado del hábito franciscano, el cual su fundador, San Francisco de Asís, inspiró en el plumaje de las alondras; la vestimenta consiste en una sencilla túnica amarrada por una cuerda con tres nudos que significan los votos que realizan estos frailes como humildad, obediencia y castidad.

Canonizado a tan sólo dos años de su muerte, el 16 de julio de 1228, por el papa Gregorio IX, San Francisco de Asís, cuyo nombre real era Giovanni, instauró lo que es hoy la Orden franciscana más numerosa del mundo, la cual en México, sirvió para la evangelización de los indígenas a quienes en su momento, instruían y defendían de los españoles.

De acuerdo a información difundida por la revista Desde la Fe, fue a partir de 1524 cuando los 12 primeros misioneros franciscanos iniciaron la evangelización formal de Nueva España con la creación de cuatro Provincias que eran: Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo; hoy en día, cuentan con diversos centros de estudio y asistencia social en todo el mundo.

Esta Orden Religiosa vive con mayor humildad que las demás, su hábito consta de tres piezas básicas, que son la túnica, que se retomó de la vestimenta que utilizaban los campesinos; la capucha, con la que protegen su cabeza y la capilla, que se coloca por encima de la túnica, a la altura del pecho, cuya función es cubrir al corazón, sin olvidar que algunas aún tienen las bolsas ocultas llamadas limosneros, en donde guardan las ayudas que les da la feligresía.

Además, el lazo con el que ajustan el hábito, tiene tres nudos, los cuales simbolizan humildad, obediencia y castidad, la primera de ellas, les recuerda que no deben estar esclavizados con el dinero y tener como riqueza a Dios; la obediencia es la libertad para seguir la voluntad del Padre, y la castidad, les sirve de medio para no centrar el amor en una persona, sino en todas aquellas que se les necesite.

El trascendente origen y la rica simbología espiritual del hábito que visten los franciscanos

"Francisco… lleno del Espíritu del Señor, exclamó: «Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica»”.

El hábito que hoy visten los franciscanos hunde sus raíces en la experiencia de Dios que vivió el joven oriundo de Asís Giovanni di Pietro Bernardone, en la primavera de 1205. Tenía apenas 23 años cuando -sumido en contemplación de una imagen románica de Cristo crucificado-, Jesús le habló: «Ve, Francisco, repara mi iglesia. Ya lo ves: está hecha una ruina».

Nacía allí el testigo del amor de Dios, a quienes todos verían como a un querido hermano y al que llamarían Francesco d´Assisi - Francisco de Asís. Ya no era el joven rico, ataviado de bellas y finas vestiduras, sino que su propia túnica era signo de las prioridades que encendían su alma. Como ha dicho el Papa Francisco en carta al obispo de Asís del año 2017… "Renunciando a todos los bienes mundanos se desvinculaba del hechizo del dios-dinero".

Origen del Hábito
Tomás de Celano, el primer biógrafo del "Pobrecito de Asís", nos cuenta en la Obra "Vida Primera de San Francisco" cómo el santo, después de su conversión y tras la renuncia a todas sus posesiones paternas (con su famoso expolio ante el obispo), "vestía un hábito como de ermitaño, sujeto con una correa; llevaba un bastón en la mano, y los pies calzados".

"Pero cierto día se leía en esta iglesia el evangelio que narra cómo el Señor había enviado a sus discípulos a predicar; presente allí el santo de Dios, no comprendió perfectamente las palabras evangélicas; terminada la misa, pidió humildemente al sacerdote que le explicase el evangelio. Como el sacerdote le fuese explicando todo ordenadamente, al oír Francisco que los discípulos de Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastón; ni tener calzado, ni dos túnicas, sino predicar el reino de Dios y la penitencia, al instante, saltando de gozo, lleno del Espíritu del Señor, exclamó: «Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica»".

"Rebosando de alegría, se apresura inmediatamente el santo Padre a cumplir la doctrina saludable que acaba de escuchar; no admite dilación alguna en comenzar a cumplir con devoción lo que ha oído. Al punto desata el calzado de sus pies, echa por tierra el bastón y, gozoso con una túnica, se pone una cuerda en lugar de la correa. Desde este momento se prepara una túnica en forma de cruz para expulsar todas las ilusiones diabólicas; se la prepara muy áspera, para crucificar la carne con sus vicios y pecados; se la prepara, en fin, pobrísima y burda, tal que el mundo nunca pueda ambicionarla".


Francisco quiere vivir al pie de la letra los dictados del Evangelio; en todo desea ser y presentarse como un hombre pobre, despojándose de cualquier signo, por pequeño que sea, de poder y fuerza, tal como entiende que lo pide Jesús.

La adición de la cuerda y sus nudos
Francisco abandona también el cinturón de cuero, que era el soporte normal de la bolsa del dinero para burgueses, comerciantes y caballeros, sustituyéndolo por una humilde cuerda… ¡como los que nada tienen!

A partir de ese día, el modo de presentarse y vestir de san Francisco y sus hermanos queda definido para siempre. Los cronistas antiguos informan que los Hermanos Menores vestían un hábito (sotana y capucha) ceñido a la cintura por una cuerda. Precisamente por eso, durante siglos (hasta la Revolución Francesa), a los franciscanos franceses también se les llamó "les Cordelliers".
Si al principio es simplemente una "cuerda anudada" sin un número preciso de nudos, pronto éstos se reducen a un número fijo de Tres, para simbolizar también visualmente los votos de pobreza, castidad y obediencia que los frailes prometen observar toda su vida:

Pobreza, porque el Señor es la única Riqueza verdadera.
Castidad, porque Él es el único gran Amor que llena el corazón y la existencia.
Obediencia, porque sólo a Su Voluntad tiende y se inspira el fraile franciscano.

Servir al prójimo, igual al prójimo
En la Basílica de San Francisco (Asís, Italia) se conserva el hábito que con sus propias manos diseñó, confeccionó y remendó en numerosas ocasiones el querido santo. Vestimenta que representa externamente una opción de vida, el seguimiento de Cristo.

 Para crear este hábito se inspiró en una prenda bien conocida desde la época romana y utilizada por los campesinos; una especie de bata muy esencial ceñida a las caderas por un cinturón o una cuerda áspera: era el "sagum" ("saco" o "hábito"). Una elección espiritual con la que quiere sentirse en plena intimidad y conformidad con Jesús; pero también una elección que le sitúa hermano de los muchos pobres de su tiempo que más o menos vestían así: un tosco sayal con capucha contra la lluvia y una cuerda a la cadera.

Al respecto, así define la Regla que el santo estableció para la Orden: "Y los que ya prometieron obediencia, tengan una túnica con capucha, y otra sin capilla los que quieran tenerla. Y quienes se ven obligados por la necesidad, puedan llevar calzado. Y todos los hermanos vístanse de ropas viles, y puedan reforzarlas de sayal y otros retazos con la bendición de Dios".

De un color derivaron muchos colores para el hábito
Cuando en 1209 el hermano Francisco y un pequeño grupo de frailes peregrinaron a Roma donde fueron recibidos por el Papa Inocencio III quien aprobó su modo de vida, no imaginaba que esta primigenia comunidad, su Orden de Hermanos Menores, se extendería por todos los continentes en diversas familias -órdenes religiosas- de mujeres y hombres.

Asimismo, diversos son los colores del hábito que hoy visten las mujeres y los hombres inspirados por el carisma de San Francisco de Asís. A lo largo de los siglos, las familias de la primera Orden -la de los "frailes menores"- han adoptado los colores ceniza y marrón (este último con muchos matices: claro, oscuro, castaño, rojizo...), pero también el negro.

Hay congregaciones masculinas y femeninas, de reciente fundación, que incluso visten de azul, porque la antigua inspiración franciscana se unió y fusionó con la mariana. Por cierto, el color siempre tuvo una carga simbólica ligada al recuerdo de la identidad espiritual del grupo que había optado por él. Pero, ¿qué pensaba el propio Francisco del color del hábito?

En la Regla no se prescribe ningún color para el hábito de los seguidores penitentes, invitándoles únicamente a "llevar vestiduras humildes", a "vestir el hábito de los pobres". Un biógrafo recuerda el elogio que el santo de Asís hizo de la alondra: "Su plumaje es de color tierra. Da ejemplo a los religiosos de que no deben vestir ropas finas y elegantes, sino de un tono apagado, como la tierra".

Sin embargo, puesto que la lana cruda (sin teñir) se tejía para hacer la sotana, de la manera más simple y pobre, el color apareció al principio como un gris ceniciento, con varias tonalidades, a veces más claras, a veces más oscuras (dependiendo de la lana disponible). Pero de ese color original del hábito franciscano, que inicialmente era gris para todos los frailes, fue cambiando gradualmente, adquiriendo diferentes tonalidades, distinguiendo así también las diferentes pertenencias a las familias franciscanas.

Algunos significados espirituales del hábito
El hábito es ante todo un signo de consagración. Cada vez que el hermano o hermana se lo pone, le recuerda que ya no se pertenece a sí mismo, sino a Jesucristo; y con su forma de cruz (la Taud), el hábito le vuelve a proponer el seguimiento de Cristo crucificado. De este modo, el hábito es un signo tangible y visible también para los demás.
El hábito es signo de fraternidad y pertenencia a la familia franciscana, expresando en su uniformidad la igualdad fraterna, el espíritu de amor, la comprensión y unidad que son invitados a testimoniar todos quienes lo visten.

El hábito es, por tanto, un fuerte signo de abrazar la pobreza, el desprendimiento, la renuncia a sí mismo, para llevar con Cristo la cruz. El franciscano, por tanto, da siempre testimonio, incluso en su vestimenta, de esa sobriedad y esencialidad que remiten a una confianza incondicional en la Providencia a la que nada le falta para sus criaturas... "Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna»” (Mc 10,29-30)

Protomártires franciscanos
Los santos Berardo, Otón, Pedro, Acusio y Adyuto, denominados también Protomártires Franciscanos, fueron los primeros mártires de la Orden, asesinados en Marruecos el 16 de enero de 1220.

Berardo, Pedro, Otón sacerdotes y Adyuto y Cacusio hermanos laicos, provenientes de lugares cercanos a Terni, fueron de los primeros en abrazar la vida minorítica, y entre los primeros que Francisco de Asís envió como misioneros.

Primero fueron a Sevilla, en España, donde comenzaron a predicar la fe en Cristo en las Mezquitas. Aquí fueron maltratados, hechos prisioneros y conducidos delate del sultán Muhammad al-Nasir, llamado Miramolino. Luego, fueron llevados a Marruecos con la orden de no predicar más en nombre de Cristo.

No obstante la prohibición, continuaron predicando el Evangelio, y por esto, fueron nuevammente puestos en prisión. Luego, de haber sido sometidos varias veces a escarnios, fueron decapitados. Era el 16 de enero de 1220.

San Francisco, al escuchar el anuncio de la muerte de sus hermanos exclamó: «Ahora puedo decir con seguridad que tengo cinco hermanos menores». Los restos fueron llevados a Coimbra, en Portugal. Fue en este contexto que Antonio de Padua, que estaba en Coimbra, y que al parecer ya había conocido a los martes en su paso por Portugal dirigiéndose a Marruecos, sintió la vocación de entrar en la orden franciscana. (Wikipedia.it)