Ordenes religiosas- Carmelitas


Los Carmelitas, más formalmente conocidos como Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, son una Orden religiosa de la Iglesia Católica de tradición mendicante. Fundada formalmente antes de 1214 d. C., hoy dicha Orden incluye mujeres y hombres, clérigos, monjas de clausura, eremitas, religiosos y personas laicas de muchas partes del mundo. Sus miembros, en diálogo con el Espíritu mediante la Palabra de Dios, escuchan la llamada de la Iglesia hoy y se esfuerzan por estar atentos al grito de los pobres e indefensos, renovando constantemente su tradición y espiritualidad en el mundo actual. Durante siglos los Carmelitas han afrontado el reto de vivir fielmente su carisma de la contemplación y la mística en cada época de la historia.

La vida en el Carmelo ofrece la posibilidad de una espiritualidad personal y una liberación interior, e invita a un compromiso con la persona de Jesús y su mensaje. Encarnando los valores del Evangelio, tratan de construir un nuevo cielo y una nueva tierra que se transformen en una nueva creación. Eso implica que la persona se libere de sus ídolos interiores, ya que sin una conversión profunda no se puede ayudar a otros en su camino.

La Orden de los Carmelitas (siglas: O.Carm.) está estructurada como las otras Ordenes Mendicantes, y es un instituto religioso de derecho pontificio. Su organización es por tanto la típica de los Mendicantes: un cuerpo único dependiente de un Prior General y a cuya base están los conventos locales reunidos en Provincias,Friars Comisariados Generales, Delegaciones Generales, Casas bajo la Inmediata Jurisdicción del Prior General, Comunidades de Ermitaños Agregados ‘Pleno Iure’ a la Orden y Comunidades Afiliadas. Estos se reagrupan después según los criterios geográficos o lingüísticos. El religioso, ligado a este cuerpo unitario, está disponible para ir a una comunidad local, provincial y general, según la actividad a la que se le destine.

El Capítulo de una Provincia, celebrado cada tres años, reúne a sus representantes para elegir al respectivo Prior Provincial y a su Consejo y para decidir sobre las cuestiones más importantes. El Capítulo General, celebrado cada seis años, elige al Prior General y a su Consejo, y examina y decide sobre los problemas más relevantes de la Orden. El Prior General con los miembros del Consejo General reside en Roma, a la que abandona sólo con ocasión de visitas a las Provincias y a las comunidades de la Orden y de la Familia Carmelita.

La Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (en latín Ordo Fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo), también llamada Orden de los Carmelitas, es una orden religiosa católica que surgió alrededor del siglo xii cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina; de hecho Karm-El significa «la viña de Dios» en las lenguas semíticas de la zona. Se llama a sus frailes y monjas —sin la reforma teresiana— de Carmelitas de la Antigua Observancia.

El lema de su escudo es: ZELO ZELATUS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITUUM
 (Me consume el celo por el Señor, Dios de los Ejércitos).

En medio de las celdas construyeron una iglesia, que dedicaron a su patrona, la Virgen María, a quien veneran como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Tomaron así el nombre de "Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo".

El patriarca de Jerusalén, Alberto, les entregó en el año 1209 una regla, que sintetiza el ideal del Carmelo: vida contemplativa, meditación de la Sagrada Escritura y trabajo con esa regla se convalida con la que hasta hoy el siglo XXI.

Hábito

La vestimenta carmelita está conformada por una túnica de color castaño y un escapulario del mismo color. Según la tradición, el domingo 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció en Aylesford, Inglaterra, a San Simón Stock, a quien entregó el escapulario del Carmen. 

Otro distintivo es la capa blanca, símbolo de la Virgen María donde le dijo que todo aquel que porte un escapulario y estuviera en estado de gracia, no pasara por el fuego del infierno.

En las apariciones de la Cova da Iria, en Fátima, Portugal, en el día 13 de octubre de 1917, la Virgen María también se apareció a los tres pastorcitos con el hábito carmelita (que incluye el escapulario del Carmen).

En las diferentes apariciones marianas en San Sebastián de Garabandal, cerca de la ciudad de Santander, en Cantabria, España entre 1961 y 1965 junto al Arcángel San Miguel a cuatro niñas campesinas, la Virgen María se ha presentado como la "Virgen del Carmel" portando en su mano derecha dicho escapulario marrón.

Reforma de la Orden
En el siglo xvi español, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz impulsaron la reforma de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Así, fundaron la Orden de los Carmelitas Descalzos (en latín: Ordo Fratrum Discalceatorum Beatissimae Mariae Virginis de Monte Carmelo)
 

Ramas de la Orden

Carmelitas ermitaños

Los Ermitaños de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo o Carmelitas ermitaños son una rama de la Orden que se originó con los monjes ermitaños que, desde el siglo xiii, se convirtieron en la mayor parte en frailes mendicantes. Sin embargo, los Carmelitas ermitaños de la rama masculina de la Orden de los Carmelitas no se consideran como frailes carmelitas de la vida activa y apostólica. En la actualidad, los Carmelitas ermitaños son comunidades separadas, hombres y mujeres que viven una vida de clausura, inspirados por la vida monástica antigua Carmelita, bajo la autoridad del Prior General de la Orden Carmelita de la Antigua Observancia (O. Carm.).

Nuestra Señora del Monte Carmelo es la patrona de este tipo de comunidades carmelitas. Esta rama se basa, por regla general, en el primitivo carisma carmelitano de la Antigua observancia, aún compartiendo la riqueza espiritual de la rama reformada de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.


Carmelitas descalzos
En el año 1562, santa Teresa de Jesús efectuó una reforma en la orden religiosa y fundó el primer convento de Carmelitas descalzas en la ciudad de Ávila. Posteriormente, junto con San Juan de la Cruz, fundó la Orden de los Carmelitas descalzos.

A partir del año 1562, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz impulsaron la reforma del Carmelo, fundando los primeros monasterios de Carmelitas descalzos. La nueva regla busca retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza, como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo.

Los Carmelitas descalzos se dividen en tres ramas: frailes (Primera Orden), monjas contemplativas (Segunda Orden) y hermanos terceros o seglares (de la Venerable Orden Tercera de los Carmelitas o del Carmelo Seglar).

Cabe señalar que la Orden de los Carmelitas Descalzos (ocd) no es una rama bajo la égida de los Carmelitas (O. Carm.)., dado que tras la reforma impulsada por santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz se fundó como una orden nueva, cuya existencia quisieron infructuosamente eliminar en 1577 los carmelitas no reformados encarcelando al santo fray Juan de la Cruz para que se retractase de la reforma teresiana.


Carmelitas de la Orden Tercera

Son la Orden terciaria del Carmelo de la Antigua Observancia. Viven el carisma carmelitano manteniendo sus familias y trabajos habituales (pero en algunas comunidades llegan incluso a recibir el hábito religioso carmelita). Constituyen una verdadera rama de la Orden del Carmen, se comprometen mediante la promesa de vivir los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) y el espíritu de las bienaventuranzas. Estos carmelitas se rigen por la misma Regla de san Alberto de Jerusalén y por constituciones propias.



El Escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo
También conocido como escapulario del Carmen es el hábito de la Orden Carmelita, orden mendicante bajo la protección y patronato de Nuestra Señora del Monte Carmelo, advocación de la Virgen María como Reina y Señora del Monte Carmelo. En su versión reducida, es ampliamente conocido en la Iglesia Católica como sacramental y ha servido, probablemente, como prototipo del resto de escapularios. La fiesta litúrgica del Nuestra Señora del Monte Carmelo, el 16 de julio, se asocia popularmente a la devoción al Escapulario.

Según la Congregación para el Culto Divino de la Santa Sede, el Escapulario del Carmen es un signo exterior de la relación especial, filial y confiada, que se establece entre la Virgen, Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a ella con total entrega y recurren con toda confianza a su intercesión maternal; recuerda la primacía de la vida espiritual y la necesidad de la oración.
la virgen prometió a San Simón Stock (siglo xiii) que los que murieran con su escapulario no se condenarían.
 

Origen e historia de la devoción
En su origen como vestidura, el escapulario era un tipo de ropa de trabajo, principalmente usada por monjes, consistente en una pieza grande de ropa por delante y por detrás, unida sobre los hombros con tiras de tela. El escapulario forma parte del hábito de diversas órdenes, incluyendo a los hermanos de Santa María del Monte Carmelo, los Carmelitas. Se cree que los primeros ermitaños carmelitas que vivieron en el Monte Carmelo, en Tierra Santa durante el siglo xii vistieron una túnica con un cinto y capa típica de los peregrinos, cuando los carmelitas volvieron a Europa, a mediados del siglo xiii y se convirtieron en una orden de frailes mendicantes adoptaron un nuevo hábito que incluía la túnica marrón anudada a la cintura, escapulario marrón, capucha y capa blanca.

Según la tradición, la Virgen María se apareció a San Simón Stock, que era Prior General de la Orden del Carmen a mediados del siglo XIII

La primera referencia a esta tradición, datada del siglo xiv, explica que San Simón Stock era inglés, hombre de gran santidad y devoción, que siempre en sus plegarias pedía a la Santísima Virgen que favoreciera a su orden con algún privilegio singular. Ésta se le apareció portando en las manos el Escapulario y diciéndole 'Este es para ti y los tuyos un privilegio: quien lo porte será salvado de todo".

La tradición nos dice que la Virgen se apareció a san Simón Stock en el año de 1251 y le entregó el Escapulario, signo de Consagración a Cristo imitando a María y signo de la protección y predilección de la Virgen. La tradición marca el año 1251, pero no el día preciso. La fiesta del 16 de julio (aunque muchos creen que se apareció ese día) tiene origen en una fiesta antigua de los Carmelitas para dar gracias a la Virgen por su patrocinio. Después se convirtió en la fiesta titular.

En la Edad Media, el hábito era una parte esencial de la identidad de los miembros de las órdenes religiosas.


Quitarse el hábito equivalía a dejar la Orden
La Constitución Carmelita de 1369 estipula excomunión automática para los carmelitas que cantaran misa sin el escapulario, las constituciones de 1294 y 1324 consideraban una falta seria dormir sin el escapulario.

Según Hugh Clarke, O.Carm, Los orígenes de la devoción al Escapulario se encuentran en los deseos de los laicos durante la Edad Media de llegar a una fuerte relación con la Orden Carmelita y su espiritualidad. Era costumbre para los laicos que pertenecían a confraternidades, órdenes terceras, etc. afiliadas a órdenes religiosas vestir algunos signos distintivos de pertenencia, frecuentemente alguna parte derivada del hábito religioso como el cordón, la capa, el hábito, o el escapulario. Durante parte de su historia, los afiliados laicos a la orden carmelita, vestían el manto blanco de los frailes o incluso el hábito entero El pequeño escapulario marrón y la promesa de salvación de María del portador empezó a ser promovido entre el laicado en la forma actual por Giovanni Battista Rossi, prior general de los Carmelitas 1564-1578.

El Escapulario carmelita estuvo muy extendido en Europa al final del siglo xvi En 1600, el carmelita Egidio Leoindelicato da Sciacca publicó un libro titulado "Giardino Carmelitano" que incluía las fórmulas de bendición para los hermanos y hermanas de la Compagnia della Madonna del Carmine (laicos que han recibido el hábito completo de la orden) y la fórmula de bendición del escapulario para los Devoti della Compagnia Carmelitana. Esta es, aparentemente, la primera forma de bendición del pequeño escapulario. Se apunta también que la fórmula para las hermanas no contiene referencia alguna al escapulario, mientras que para los hermanos hay una fórmula especial de bendición del escapulario.


Escapulario del Carmen
Dificultades históricas
Con el moderno estudio académico de los primeros siglos de la Orden Carmelita, aparecieron grandes dificultades para la historicidad de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock. La primera mención de la aparición es de finales del siglo xiv, casi 150 años tras la fecha en la que generalmente se databa la aparición, 1251,12​ y no existen referencias en las primeras noticias sobre la vida y milagros de San Simón Stock. 

La historia del hábito y legislación carmelita y discusiones sobre el mismo dentro de la orden durante este período, no hacen mención ni referencia implícita a una tradición sobre la concesión de la Virgen del Escapulario a los Carmelitas, ni los principales escritores carmelitas del siglo XIV, como John Baconthorpe, mencionan el escapulario. Existen pruebas históricas de que en 1375, un carmelita inglés llamado Nicholas Hornby abrió un debate público con un fraile dominico, en el que Hornby ridiculizaba la reivindicación de la Orden de los Predicadores de haber recibido su hábito de la mismísima Virgen María—ésta era una reivindicación común en diferentes órdenes religiosas en la Edad Media. Hornby no mostraba, por tanto, signo alguno de ser consciente de alguna reivindicación similar hecha por un miembro de la orden carmelita.
Entre estas pruebas confusas, se ha sugerido, que otro carmelita en lugar de San Simón Stock tuvo una visión mística cuya historia fue posteriormente asociada a la vida del santo. Una historia dominica compilada por Gerard of Frachet en 1259-1260 relata la muerte en 1237 ahogado de un santo dominico, el beato Jordan de Sajonia, frente a la costa de Acre, Israel (cerca del Monte Carmelo) y menciona "cierto hermano de la Orden del Carmen" que estuvo tentado a abandonar su vocación ya que Dios había permitido el ahogamiento de tan santo hombre. 

Cuenta, entonces que el beato Jordan, se le apareció al hermano en una visión, asegurándole que "todo aquél que sirve al Señor Jesucristo hasta el final será salvo." Gerard concluye: "el mismo hermano, y el prior de la misma Orden, el hermano Simón, un hombre religioso y sincero habían contado estas cosas a nuestros monjes." Esta historia muestra una fuerte similitud con la historia tradicional de la visión del escapulario y la promesa de la salvación, con diferencias obvias, es una de las pocas referencias a San Simón Stock escritas durante su vida.

Se ha apuntado también que durante la Edad Media, la cuidadosa historiografía de la clase esperada hoy en día era una excepción, siendo lo común recubrir las creencias teológicas y espirituales en la forma de un cuento o historia.

Fr. Kieran Kavanaugh, OCD, escribe que "desde un punto de vista académico, se debe admitir las carencia de pruebas documentales que demuestren irrefutablemente la veracidad o historicidad de la aparición. Al mismo tiempo, no existe razones contingentes para denunciar la falsedad de la misma y condenar definitivamente su veracidad." La Orden del Carmen declara en su página web, que incluso si la aparición no es histórica, "el escapulario ha permanecido para todos los carmelitas como un signo de protección maternal mariana y de compromiso en seguir a Cristo en las huellas de su Madre, perfecto modelo de todas sus enseñanzas."


Promesas del Escapulario

Escapulario del Carmen Descalzo.
La más antigua promesa que se sostiene sobre el escapulario asegura que aquellos que porten el escapulario, hábito carmelita, se salvarán. En principio esto se refiere a los religiosos carmelitas que permanezcan fieles a su vocación. Posteriormente el escapulario del Carmen se ha extendido ampliamente entre los laicos como un sacramental.

En cuanto a la naturaleza de la espiritualidad asociada con el escapulario, la formulación tradicional de la promesa del escapulario es "Toma este Escapulario. Quienquiera que muera llevándolo no sufrirá el fuego eterno. Será un signo de salvación, de protección en peligro y promesa de paz."

A veces el escapulario ha sido preconizado como un camino fácil a la salvación, lo que ha supuesto una crítica a su devoción. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que los sacramentales como el escapulario no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con a ella"

Los creyentes en las promesas tradicionales del escapulario, sostienen que la intercesión de la Virgen asegura la conversión, la perseverancia final y/o los ritos de extremaunción o confesión, que supondrían asegurar las promesas del escapulario al portador. Posiblemente otro argumento es que el escapulario es despreciado por aquellas almas impías y faltas de fe que rechazan las promesas de la Virgen y que por tanto están lejos de portarlo. Otro argumento es que en los casos de pecadores impenitentes, el escapulario, de alguna manera, milagrosa o no, desaparecerá del portador, esto fue sugerido por San Claudio de la Colombière

En 1912 la Enciclopedia Católica exponía una lista de indulgencias, privilegios e indultos del escapulario de la Orden del Monte Carmelo aprobada el 4 de julio de 1908, por la Congregación de las Indulgencias.

Creencias asociadas con el Escapulario
Almas liberadas del purgatorio por la intercesión de Santa María del Carmen que aparece acompañada de la Santísima Trinidad, San Miguel y San Gabriel
La creencia principal del escapulario es la consagración del portador a María. En 1951 Pío XII escribió una carta apostólica a los Carmelitas en el VII centenario de la visión de San Simón Stock, en la que esperaba que el escapulario fuera para ellos un signo de su consagración al Sacratísimo Corazón de la Inmaculada Virgen.

Una de las creencias que más ha popularizado el escapulario del Carmen ha sido la promesa conocida como el Privilegio sabatino. Esta creencia está asociada a una bula papal apócrifa supuestamente dada por Juan XXII en 1322. Dicha bula afirma que Juan XXII tuvo una visión de Nuestra Señora garantizando que por su intercesión, el sábado siguiente a su muerte, ella misma bajaría para sacar a las almas de los carmelitas y su Hermandad del Purgatorio, siempre que cumplieran ciertas condiciones entre las que se incluye el vestir el escapulario del Carmen. 

La Santa Sede ha negado la validez de este documento desde 1613 y ha prohibido a los carmelitas difundir el privilegio sabatino, una amonestación a la que no siempre se adhieren. Al mismo tiempo, sin embargo, la Iglesia sí permite a los carmelitas predicar que los méritos de María y su inmaculada intercesión ayudará a aquellos que "dediquen su vida a la caridad, hayan portado en vida el escapulario del Carmen, hayan observado la virtud de la castidad, hayan recitado el Pequeño Oficio de Nuestra Señora, o si no pueden leer, hayan observado las fiestas de la iglesia y se hayan abstenido de carne los miércoles y los sábados." Estos elementos se reflejan en versiones más antiguas de los requerimientos para la admisión en la Hermandad del escapulario.

Actualmente, la Orden del Carmen, aunque recomienda la creencia en la oración y la intercesión de la Virgen en la asistencia a las almas y encomienda especial devoción a María especialmente aquellos sábados litúrgicamente dedicados a ella, afirma explícitamente en sus materiales catequéticos que no se ha promulgado ningún privilegio sabatino, y que están en comunión con la Iglesia en su doctrina sobre el tema.

Apariencia
Carmelitas Descalzas de Nogoyá, Argentina, vistiendo el escapulario

El escapulario consiste en dos piezas de tela marrón colgando una de las piezas sobre el pecho del portador y la otra sobre su espalda. Las piezas se hallan unidas con dos cuerdas o tiras que pasan sobre los hombros del portador y sus escápulas (u omóplatos), de aquí procede el nombre "escapulario". Las imágenes cosidas en el escapulario no son necesarias. En el pasado se requería que el escapulario fuera 100% de lana, de hecho los hábitos de los propios religiosos carmelitas estás ahora frecuentemente fabricados en otros materiales, menos caros y más resistentes. Normalmente el escapulario se lleva debajo de la ropa pero sin agarrarlo con la ropa interior.

Debido al rápido deterioro de la lana en climas tropicales, desde 1910 aquellos investidos dentro de una hermandad pueden llevar una medalla como escapulario bendito, con una imagen de Cristo con su Sagrado Corazón, en un lado y al otro una imagen de la Virgen. A pesar de lo cual, San Pío X, dejó patente su preferencia por el escapulario de tela, así como Benedicto XV también proclamó la arraigada preferencia de la Iglesia por la tela sobre la medalla. Esta preferencia se asienta en que al ser de tela se resalta el simbolismo del escapulario como prenda de vestir, como hábito



6 curiosidades sobre la orden

Tras la reforma impulsada por Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz en el XVI, es fundada la Orden de los Carmelitas Descalzos. Surge de la necesidad que encuentra Teresa de Jesús en que lo necesario para vivir a pleno la vocación era vivir en “austeridad, silencio y pobreza”. Junto a Juan de la Cruz y Antonio de Jesús, el 28 de noviembre de 1568 funda el primer convento de Carmelitas descalzos en Duruelo, España.

Cuenta con tres ramas
Los Carmelitas Descalzos están conformados por tres ramas: La Primera Orden conformada por los frailes, la Segunda Orden donde encontramos a las monjas contemplativas y finalmente la Venerable Orden Tercera de los Carmelitas, también conocidos como seglares.

La Orden cuenta con muchos santos y beatos
Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz quizá son los que más destacan debido a que ambos tuvieron influencia directa en la creación de la Orden. Otros santos y beatos a resaltar son Santa Teresita del Niño Jesús, San Pedro Tomás, Santa Teresa de los Andes y Beata Ana de San Bartolomé.

Presencia de la Orden a nivel internacional
En España están situados varios conventos en las ciudades de Madrid, Sevilla, Málaga, Cádiz, Ávila, entre otras. También, en Argentina podemos encontrar el Monasterio Santa Teresa de Jesús, asi como en Chile está la Iglesia de la Carmelitas Descalzas en Los Andes.

Las Carmelitas descalzas en el mundo
Con casi 800 monasterios alrededor del mundo, actualmente se contabilizan alrededor de 11,500 monjas pertenecientes a la Orden de los Carmelitas Descalzos en el planeta, siento la orden femenina de clausura más importante de la Iglesia Católica.

Los Carmelitas descalzos también cuentan con amplia presencia mundial
Junto a los que se encuentran en proceso de formación, hay actualmente 3,994 frailes de la Orden esparcidos con mayor presencia en Europa, pero con importantes grupos situados en Asia, América y África.

Una comunidad seglar extensa
En el caso de la tercera rama de la Orden, los carmelitas seglares, quienes forjan todo su estilo de vida en el seguimiendo del Señor, cuentan con cerca de 25,000 miembros a nivel mundial dividos en 75 paises.


A finales del siglo XIX
“Los carmelitas deben mantener sus hábitos para que duren lo más que puedan”,

El hábito religioso es un elemento de un sistema de vestimenta, con sus limitaciones, sus prohibiciones, sus tolerancias, sus exclusiones. Es un "hecho de comunicación" entre la persona que lo lleva, su comunidad y la sociedad de su tiempo.

Heredado del traje de la propia Teresa de Ávila, el hábito es un complejo conjunto de varias piezas bajo el vestido y el escapulario.

vestido carmelita

El vestido casero marrón. La costura hacia el medio es el "troussis", donde se usa un pliegue de tela en la parte posterior para alargar el vestido en caso de uso.
En la parte inferior del vestido, una cinta (la pieza del talón) protege el dobladillo del desgaste.
Los pliegues de la parte superior del vestido de la izquierda servían para insertar el crucifijo de profesión (pliegue inclinado) y el otro servía de reserva de alfileres.

¡Un vestido muy incómodo!
[1099r] Para mayor comodidad, había hecho un gran pliegue en nuestro vestido, bien cosido, en el punto de costura, para que no tuviera que formar este pliegue todas las mañanas al ponernos el cinturón. Unos días antes de la muerte de Therese le hablé al respecto; inmediatamente me dijo que descosiera este pliegue, porque iba contra la costumbre. Sin embargo, lo dejé quieto, postergando desentrañarlo.
Al día siguiente de la muerte de sor Thérèse, esta desafortunada carta nunca se me olvidó y me dije: "Ella ve que todavía la tengo, ¿y tal vez se arrepiente?" Finalmente le recé: “Querida hermanita, si no te gusta este pliegue, deshazlo tú misma, y te prometo que nunca más lo volverás a hacer”.
¡Cosa asombrosa! Al día siguiente, noté que el redil ya no existía. Tuve una sensación de susto y a la vez de gran consuelo.
Testimonio de María de la Trinidad en el Juicio




El sacristán del Carmelo, en un día de mucho calor, se compadeció de las hermanas por llevar ropa pesada.
Thérèse comenta: ¡Ah! en el Cielo, el buen Dios nos recompensará por habernos puesto pesados ropajes en la tierra por su amor.
cuaderno amarillo
Agosto 5 1897